Sobrevive
la Tradición
DE LOS SONIDEROS
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Texto:
Cortesía
DORA LUZ HAW
Grupo Reforma
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Calculan
50 mil en México, reúnen en una noche hasta 200 mil
personas y convierten en 'hit' piezas que aún no suenan en
la radio
Ciudad de
México, México (23 marzo 2003).- Planchó
su pantalón favorito, modeló su cabello con gel y
se llenó de agua de colonia. Alejandro Cancino estaba eufórico
porque asistiría a la tocada de uno de los legendarios sonidos
de todos los tiempos: La Changa.
Hacía
meses que no sucedía nada tan importante en Pachuca. Dos
meses antes vio carteles pegados en los postes y pintas que anunciaban
la tocada de Ramón Rojo y comenzó a ahorrar los 80
pesos de la entrada.
Habían
pasado más de tres años del último gran baile
en Hidalgo con Polymarchs, y es que los promotores cada vez se arriesgan
menos a invertir en una fiesta porque en los dos años recientes
ya no se venden todas las entradas y las ganancias son mínimas.
Sonideros como
Apolinar Silva de la Barrera de Polymarchs, Pedro Perea de La Conga,
Arturo Heras de Latin Fania, Juan Pablo Valdez de Alma Latina y
José Abel Tiro de Imagen Latina, explican que aunque la tradición
sonidera sigue viva en el País y en muchas ciudades de Estados
Unidos, es evidente que ha disminuido el número de tocadas
y el público asistente.
"Hace cinco
años teníamos unas 120 tocadas anuales y ahora sólo
nos invitan a unas 50. En México siempre ha habido crisis
económica, así es que no me explico qué sucede.
"Aunque
no salimos en números rojos, las ganancias son muy pocas
y a veces nulas. Si muchos de nosotros seguimos es más por
conservar una tradición que por mero negocio", dice
Silva de la Barrera, director de Polymarchs, la discoteca móvil
más famosa del País, con 25 años de existencia.
Aunque no hay
cifras oficiales del número de sonideros que existen en la
República, porque nadie ha hecho un registro, ellos mismos
calculan que hay más de 50 mil, de los cuales 8 mil radican
en el Distrito Federal.
"La
mayoría son pequeños manejadores de sonido que cuentan
con un equipo modesto que les sirve para tocar en las fiestas de
15 años, bodas y cumpleaños de la gente de su colonia
o barrio", señala Heras, quien tiene 23 años
con Latin Fania.
Cada sonidero
que en sus presentaciones hace bailar a centenas de personas a ritmo
de cumbia, disco, dance, salsa, high energy (NRG), ska y hip-hop,
ameniza de una a tres fiestas semanales --cuando bien les va--,
especialmente las noches de fin de semana.
Los festejos se hacen en calles cerradas, galerones, explanadas
municipales, salones, centros de convenciones y hasta en estadios,
invitados por colonos, mayordomos de fiestas patronales, particulares
y partidos políticos. La asistencia depende del lugar, pero
puede ser de 200 a 20 mil personas. Las jornadas se extienden por
espacio de cinco horas continuas.
Suplen Un Vacío
Los sonideros,
explica el sociólogo Héctor Castillo Berthier, vienen
a suplir el vacío en los sectores populares que no pueden
integrarse al proceso de modernización de la industria del
entretenimiento, porque son marginados de las discotecas, surgidas
en los 70.
Son hombres,
dice, de origen cien por ciento popular que, con la ayuda de la
tecnología, fueron conformando una cultura propia en la que
uno de sus grandes méritos es "personalizar" a
los asistentes en medio de la colectividad por medio de saludos.
"Un saludooo
para nuestro amigo Alejandro Cancino, de La Chaaaangaaaa",
dice el sonidero, que durante toda la fiesta interviene en medio
de los temas musicales para saludar a la audiencia que se lo pide.
Además,
el número de sonideros ha crecido tanto, que algunos partidos
políticos juegan el esquema corporativista y buscan su apoyo
o si no les niegan permisos y contratos, asegura.
El especialista
en movimientos juveniles, considera que si el fenómeno sonidero
ha ido perdiendo un poco de fuerza se debe a que en la actualidad
existe una oferta de espectáculos mucho más amplia.
"Si esta
alternativa subterránea de fortalecimiento de la cultura
popular ha decrecido, se debe a que la industria del espectáculo
se ha diversificado con los conciertos masivos en espacios públicos,
así como en el Auditorio Nacional, el Palacio de los Deportes
y el Foro Sol", considera.
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