El sábado a a la tarde
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(CONTINUACION)
El
sábado al mediodía se dictó el taller "Composición
coreográfica" de Dafne Bernáldez y Jaime Breard.
Empezó con un trabajo de relajación. Todos tirados
en el piso realizaron ejercicios de expresión corporal parecido
a lo que hacen los estudiantes de teatro. Improvisaciones estuvieron
incluidas. La primera parte del taller, seguido a los estiramientos,
estuvo dedicado a caminar por todo el lugar siguiendo los pulsos
de la música (obviamente luego de eso explicó cómo
cada tema tiene su pulso y a raíz de eso poder dividirlo
en tiempos, que en la salsa suelen ser siempre 8 ). Inmediatamente
hizo dividir en parejas y luego en grupos de cuatro debían
crear mini esquemas coreográficos siguiendo las pautas del
pulso, no de los pasos básicos de salsa, sino caminando o
marcando los 8 tiempos , podíamos marcarlos en el doble de
tiempo o a mitad de tiempo lo que aligeraba o retardaban los pasos
básicos generales.
Lo
importante es que luego hubo una charla debate sobre qué
es una coreografía y cómo debe encararse la creación
de una. Según su visión todos los que habían
bailado hasta el momento (como en general los grupos que se ven
siempre) no fueron para nada originales, todos en menor o mayor
medida se copian unos a otros...muchos pasos y piruetas pero nadie
hace algo original. Según él no le convence el hecho
de "que 20 parejas en el escenario bailen los mismos pasos,
para eso que baile una sola y listo". Su taller apuntó
más que nada a ver la salsa y las coreografías como
una manera de hacer arte, no
de llamar la atención. Nadie se dedica a contar una historia
o darle coherencia a sus muestras. Este taller continuó al
día siguiente en el que completó la clase sobre cómo
manejar la música por tiempos y trabajar con improvisaciones.
El taller convocó a más de 50 personas.
Otro de los talleres fue el de Marcelo Petrín, integrante
del Grupo Sazón, al que asistieron alrededor de veinte parejas
que copiaban el esquema coreográfico que iba dando el profesor.
Eran figuras californianas en uno. A pesar de que iba encarado a
alumnos de nivel intermedios, muchos parecían apenas dominar
el un dos tres básico y a muchas mujeres les costaban los
giros. Pero Marcelo, con mucha pedagogía, desde el escenario,
contestaba pacientemente todas las dudas que se le hacían.
Al
mismo tiempo en la pista de abajo comenzaba la clase de son de Alejandro
Baigorria que reunió a más de 30 personas. Comenzó
con los pasos básicos y luego el nivel fue avanzando porque
el grupo captaba todo de manera rápida.
"Bailar en tiempo de son es muy parecido a bailar en 2. Lo
diferente es que en 2 se baila sobre las congas y en el son sobre
el contrabajo". Cada instrumento tiene un golpe acentuado.
El título del taller era "Del son a la salsa" como
el nombre de su ballet que también presentó en el
congreso. Alejandro aclaró que lo que cambia en el son es
el movimiento en relación a la salsa. Resaltó en todo
momento la importancia de escuchar cine la música. "Cuando
vemos a una orquesta no sólo hay que prestar atención
a los cantantes, a los músicos también", destaca.
La clase se
dividió en dos. La primera parte estuvo dedicada a figuras
sueltas, trabajo de cabeza, caderas y movimiento de los pies, para
lo cual Alejandro marcó con los toc tocs los tiempos. En
el son se entra en la clave en el tercer golpe. "Tiene que
haber cortes sino queda como patinado" remarca.
Recreo de por medio vino la parte del cha cha cha en tiempo de son.
Mientras sonaba la agrupación que esa noche tocaría
en Azúcar, LF Salsa, a la cual Alejandro dijo admirar. "Castellano
que bueno baila usted ...... y los pasos salían como si nada
por eso se animó a preguntar: "¿Lo complicamos
un poquito?" y la afirmación de los bailadores, como
los llamaba Alejandro, fue rotunda. Repiqueteos, giros y cruces
de pies fueron las últimas figuras de una clase que duró
casi dos horas.
El próximo
taller fue llevado a cabo por Carlos Trujillo y Jorge Rodríguez
en la pista central de Azúcar, en donde se repasaron y enseñaron
figuras de Casino. Un precalentamiento previo e inmediatamente se
formaron más de veinte parejas para armar la rueda, que tuvieron
que ser dos porque el lugar les quedó chico. Carlos Trujillo
dijo que había que unificar criterios porque muchos son los
que enseñan casino y cada uno lo hace de diferentes maneras.
"Primero hay que hacer el reconocimiento del terreno"
aclara. "Posición social de baile. Pá´arriba".
Y la rueda comenzó a girar.
Los alumnos demostraron tener una base casinera porque tras el "Dile
que no" se repasaron figuras como : 70,71,72, sombrero, cósela,
prima, dile que sí, tornillo doble. La Charanga Habanera
de fondo. "¡Qué nivel!", dijo admirado Carlos
Trujillo por los alumnos. Luego se enseñó el "Tornillo
matancero". "Tiene que hacerlo bien sabroso moviendo los
hombros", fue la consigna y Carmen la ronca empezó a
ponerle música a la pista. Jorge Rodríguez tomó
la posta y comentó que: "En Cuba para incorporase a
la rueda hay que pedir permiso, pero eso ya se perdió".
Seguido a este taller Orlando Arias dio una clase exclusivamente
de cha cha cha a casi 40 personas presentes. Técnica de brazos,
giros, cruces, figuras sueltas y en parejas fueron practicados y
los alumnos intentaron seguir el ritmo y el estilo particular y
la gracia que caracteriza a Orlando.
Los talleres de "Técnica escénica dela salsa
y fusión con otras danzas" de Odalys y "De la Columbia
a la salsa" de Carlos Sánchez fueron suspendidos a último
momento.
Noviembre
2002
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