Había
yo esperado trece años para conocer personalmente a Tommy
Olivencia, director de una de las mejores orquestas de música
salsa del mundo. El honor de conocerlo.
En
1975 escuché por primera vez los discos suyos que iban llegando
a México en aquellos días de auge de la salsa, y quedé
sorprendido por la sabrosura, la calidad, la organización
y el timbre tan elegante de su agrupación...todo eso que
en el Caribe llaman “clase” o “caché”.
Música bailable de primera categoría.
En
1988 Tommy Olivencia visitó por primera vez la ciudad de
México, con una orquesta brillante en todos los rubros, a
la que no se le dispensó la atención y el respeto
que merecía, por descuido de la empresa, fallas en la publicidad,
etc.
Aún
recuerdo los anuncios para su presentación, escasos y mal
diseñados, nunca hablaron de la importancia y capacidad de
la agrupación, ni de sus éxitos. Y eso dio por resultado
que la asistencia de público no fuera la esperada, tomándose
en cuenta la categoría de los visitantes: música afroantillana
de lo mejor.
Por
si fuera poco, también recuerdo el pésimo audio la
noche que tocó en el Hotel de México, cuando el propio
Tommy, razonablemente molesto, dijo por el micrófono, con
justificada ironía:
"Agradezco
a mi empresario sus cuidados para nosotros aquí en este salón.
No se oye el piano, ni se oye el bajo, y los demás micros
están fallando, ¿cómo vamos a tocar así?..”.
Pero
como los grandes artistas demuestran su calidad aún sin audio,
esa noche la orquesta de Tommy Olivencia dejó en lamentable
estado a los que no fueron a verla, tocando excelentemente salsa
rica y finísima, acorde con su sello y estilo, y hasta una
sesión de jazz latino; para que quedara debidamente acreditada
la capacidad de todos y cada uno de sus músicos.
La
orquesta Olivencia 88 traía al "Pajai" Torres,
un maestro en el piano y los arreglos... a los hermanos Papo y Celso
Clemente en las percusiones, magníficos... en el bongó
la dinámica de Ricardo Currás, que también
formó parte de aquella acreditada banda de Rubby Haddock...y
en los metales trompetistas de la talla de Edgar Nevárez
y Vicente
Castillo. Como cantantes principales, ya retirado Frankie Ruiz por
estar formando su orquesta propia, Tommy traía a Héctor
Tricoche y Paquito Acosta. ¿Qué más se podía
pedir?
Tommy
Olivencia volvió a la ciudad de México, un año
y medio después, de nuevo con excelencias en su prestigiada
orquesta, pero lamentablemente sólo para comprobar la negligencia
total de los empresarios mexicanos. Una pena.
Afortunadamente,
en lugares como Nueva York, Miami, Colombia, Venezuela o Panamá,
el trato al maestro Tommy y a su agrupación, sí fue
el que correspondía a toda una institución de la mejor
salsa de todos los tiempos. Y desde luego en su Puerto Rico encantador,
donde con fecha Marzo 6 de 2005, se le rindió el homenaje
que merecía, por su capital importancia en la música
del Caribe de siempre.
EL TRIUNFO DE UN MAESTRO
Ángel
Tomás Olivencia Pagán (Santurce, Puerto Rico, 1938)
fue cantante y percusionista, cuando todavía no imaginaba
que llegaría a ser director de una orquesta de primera clase.
Su vocación y aptitud musical, lo llevaron a ser trompetista
y luego timbalero:
"Yo
pensaba (dice Tommy) bueno pero ¿qué hago yo tocando
trompeta, si hay tan buenos trompetistas en Puerto Rico? Y cuando
agarró los timbales, pensé lo mismo: en Puerto Rico
hay mejores timbaleros que yo, tengo que dedicarme a otra cosa.
Y mejor me dediqué a ser director de mi agrupación
( dice sonriendo ).."
Y
vinieron los primeros éxitos: Savara, La Negra Sanda…luego
aquel inolvidable disco, Planté Bandera... después
Trucutú, El Son Cubano, Aún no es tiempo de llorar,
El Negro Chombo, Atrevida, Viajera, Aunque te Cases de Blanco, El
del Tabacón, ¿Cómo lo hacen?, hasta llegar
al principio de los años ochenta, cuando cristaliza el mejor
disco de su vida, el punto más alto de su carrera: Triángulo
de Triunfo, con excelencias como Fantasía de un Carpintero,
La Suplicante, Mujeres como tú, y un tema que fue muy conocido
en México: Cosas Nativas, disco donde los arreglos y la orquesta
suenan verdaderamente portentosos. Luego un disco especial con el
cantante colombiano Nelson Pinedo, con una obra maestra: ¿Por
qué me tratas así?
Durante
la época en que visitó tierra azteca, Tommy estaba
pegando cosas como: Lo Dudo, Te Estoy Estudiando, No me Tires la
Primera Piedra, Lápiz de Carmín, No soy automático,
o la magnífica, Lobo domesticado. Sin olvidar la muy popular
Que se Mueran de Envidia.
En
su orquesta tuvo cantantes del tamaño de Frankie Ruiz, Gilberto
Santa Rosa, Paquito Guzmán, Simón Pérez, "Chamaco"
Ramírez, Lalo Rodríguez, Carlos Alexis, etc., todos
magníficos.
AmericaSalsa.com
recuerda como insuperable institución de la salsa, al maestro
Tommy Olivencia y su enorme obra. Descanse en paz el “Señor
de la Sabrosura”. Señor entre los señores. Salsa
superior.
Septiembre
2006
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