Murcia acogió
este año la séptima edición de su Encuentro
Internacional de Ritmos latinos y, tal y como vienen haciendo
en años pasados, en esta edición han seguido apostando
por la música en directo para amenizar las dos noches centrales
del congreso.
La noche del
viernes comenzó con las actuaciones de las compañías
de baile entre las que destacaron los shows de Eddie Torres y
de Johnny Vázquez. El nombrado por Eddie Torres como el
príncipe de la salsa fue homenajeado esa noche por sus
diez años encima del escenario. Tras dicho homenaje la
noche del viernes dio paso a la verdadera estrella de la jornada,
las cortinas se abrieron y apareció en escena un Ray de
La Paz dispuesto a hacer vibrar al auditorio. Y resulta que Ray,
cantante nacido en el Harlem y sonero entre otros de Ray Barretto
o de Louie Ramírez, brilló con luz propia. Acompañado
por la orquesta madrileña del Solar de los Aburridos y
con Herman Olivera a los coros, Ray se propuso hacer de esa noche
una velada especial y lo consiguió. Con su voz intacta
y limpia fue interpretando uno a uno los temas de su repertorio.
Sonaron entre otros: “Cayuco”, “Vale más
un guaguancó”, “Bilongo” o “Pa
bravo yo”. La sala gozó de tremendo espectáculo
y los bailadores sudaron lo suyo con los temas. Ray, no contento
con satisfacer al público con su privilegiada voz, le regaló
a este un solo de congas que hizo saltar de la emoción
a más de uno. El concierto pese a durar más de dos
horas, supo a poco por la tremenda simbiosis que Ray consiguió
con su público, que aprovechó la oportunidad de
demostrarle que en España se le quiere y mucho.
De igual forma que sucedió el viernes,
la fiesta del sábado empezó con los espectáculos.
Esa noche el homenajeado fue Eddie Torres, que haciendo gala de
su estado físico le brindó al público un
show de pasos libre y otro junto a su esposa, María Torres.
Tras los espectáculos, el telón dejó al descubierto
a la banda de El Solar de los Aburridos y unos segundos después
a un Herman Olivera vestido de blanco impoluto. Del concierto,
qué decir?... que Herman se dejó el alma en el escenario,
que no paró de bailar canción tras canción
y que sentado en la escalera que desciende del escenario regaló
al auditorio uno de los mejores momentos de la noche. Allí
sentado entonó canciones como “Paraíso de
dulzura” o “Qué Humanidad” y el público
estalló en gritos y aplausos. Herman dejó claro
que sigue siendo uno de los mejores soneros del panorama actual
con esa voz que a veces nos recuerda a Lavoe, el cantante de los
cantantes. La noche acabó como no podía ser de otra
forma: con un “duelo” de soneros. En el último
tema del concierto Herman Olivera y Ray de La Paz dejaron a los
presentes con la boca abierta con un soneo que hizo enloquecer
a la sala. Cada cantante fue dejando ver sus dotes de improvisación
al micrófono cuando tocaban casi las cinco de la madrugada
y cuando el público a un tenía sed de más
música. Una vez más, ambos soneros demostraron que
la salsa añeja, la clásica, la que nació
en El Barrio…sigue viva. Nos hicieron recordar que como
decía Ray Barreto: “La música es el arte de
expresar con emoción, los sentimientos sinceros del corazón...
Y por eso grito, que viva!! ¡¡Ay pero que viva la
música latina!!”. En definitiva, dos noches para
no olvidar.
Marzo
2007