Como podrán observar aquí si fue cumplida a cabalidad la frase aquella de...”Dios los hace y ellos se juntan” este magno concierto que se llevó a cabo el pasado domingo 6 de abril en un impresionante show, con melodías de su autoría que energizó por completo el escenario de la Plaza de la Música en el CENART.
En efecto, a casi 20 años de la creación por parte de CONACULTA del Centro Nacional de las Artes, esta noble institución cuyo objetivo ha sido producir y explorar nuevas formas de difusión artística, entre otras actividades, se dio a la tarea de apoyar un proyecto por demás interesante. Originalmente surgido de la creatividad de nuestro talentosísimo arreglista e intérprete del piano, Héctor Infanzón, evento que por cierto no se había realizado en México. Gracias a su persistente empuje al género de la salsa, Infanzón ha emprendido una incansable tarea para organizar este importante show con el objetivo de intercambiar y proyectar internacionalmente el talento musical mexicano.
Héctor Infanzón es un músico multifacético. Pocos saben que no sólo es un pianista completo, ha trabajado en varios géneros clásico, jazz, folclore mexicano, pop, rock y afroantillano‑, sino que, aparte de ser un brillante arreglista, ha incursionado en la composición de música de concierto, acompañando a grandes filarmónicas en el mundo, desempeñándose también como productor.
El trabajo de este miembro activo del Sistema Nacional de Creadores de Arte ha alcanzado dicho nivel evolutivo con artistas tanto nacionales como internacionales, entre los que se cuentan el maestro Armando Manzanero, Eugenia León, Tania Libertad, José Feliciano, Carlos Santana, Jeff Berlin, Dave Valentín, Papo Lucca, Johnny Pacheco, Betsy Pecanins, Emmanuel, Mijares, Guadalupe Pineda, la agrupación Maldita Vecindad, que lo posicionan como uno de los mejores músicos en México.
Como anfitrión de este ambicioso proyecto él nos comentó lo siguiente: Hemos estado fraguando este concierto con grandes amigos, el objetivo de este concierto, de este encuentro, es encontrar nuestras propias ideas, cuales quiera que sean las latitudes, siempre la música es un vínculo de encuentro, de encontrar amigos, de encontrar nuevas maneras de pensar. En este caso para compartirla con todos ustedes…
Para este show en su primera edición, realizó un programa más que espectacular, reuniendo a la crema y nata de las negras y las blancas: orgullosamente representando a México, el organizador de este gran evento el maestro Héctor Infanzón e Irving Lara, veracruzano, que ha brillado a través de su trabajo, alternando con la reina Celia Cruz y con una trayectoria de más de 30 años regalándonos con su talento, un verdadero deleite para los salseros y soneros de corazón. Esto respalda el lugar que le permitió ocupar la tarima de Pianísimo Salsa 2014, todos acompañados por la extraordinaria “Citadino Big Band”, una agrupación que se integra de jóvenes pero virtuosos músicos que engalanan a cualquiera con su calidad musical.
Para esta primera etapa fueron convocados como invitados especiales dos pianistas extranjeros: Oscar Hernández de Nueva York y Arturo Ortiz de Puerto Rico.
El primero, quien dirige la “Spanish Harlem Orchestra”, es ya toda una luminaria en el núcleo de lo salsero y otros géneros musicales, y su orquesta se considera hoy día como una de las mejores en el mundo de la salsa. Oscar ha construido una prestigiosa trayectoria como pianista, arreglista, productor y director, y de pilón, tres veces ganador del premio Grammy. Como tal, también fue nominado para ocupar el escenario con estos monstruos del piano.
Por su parte Arturo Ortiz, como buen santurzano, ha labrado su prestigio al lado de grandes de la salsa como pianista, arreglista y director respectivamente de Celia Cruz, Cheo Feliciano, Willie Colon, Andy Montañez, Roberto Roena, Lalo Rodríguez, así como de la agrupación antes “Seis del Solar” hoy día “Son del Solar” haciendo gala de un estilo alegre y profesional, con todos los merecimientos para ocupar la cuádrupla del Pianísimo Salsa 2014.
Le correspondió al carismático de las Choapas, el maestro Irving Lara, abrir el evento, el debía impresionar a su público, tenía lo justo para ponernos a bailar y deleitarnos con su estilo único de buen veracruzano y nos interpretó una melodía qué contrarío a su título fue una sabrosa realidad: “Utopía” prendió el ambiente de inmediato.
A Irvin le toco presentar a su colega Arturo Ortiz, quien nos regaló con su innata alegría y portando una túnica de lino azul brillante con sabor caribeño interpretó “La gran metrópoli”. Su manera histriónica de tocarla fue única, fue Arturo Ortiz quien presentara a Oscar Hernández con su sello neoyorquino nos deleitó con una “Rumba Urbana” y así siguieron en la dinámica de presentadores y ejecutantes.
Cuando por fin llegó el esperado de la noche, “El Tremendísimo” (como lo llamara Oscar Hernández) anfitrión del majestuoso evento, el maestro Infanzón, con su característica humildad y cálida sonrisa, nos ofreció “Así eres” una fusión interesante de afro con huapango, con sublime interpretación he hizo comunión con la “Citadino Big Band”, eso sonó espectacular, automáticamente su público se le entregó en ovaciones y aplausos, como manifestación de su invaluable talento.
La atmosfera tomaba un tinte más profundo cuando volvió Irving Lara para ofrecernos su melodía “Don Julián”, dedicada a su padre. Y nuevamente toco su turno a Arturo Ortiz quien en homenaje a la reciente pérdida del gran pianista de jazz latino Enrique Nery nos ofreció tocando con gran respeto en memoria del maestro “Danzón Nery”. Continuó Oscar Hernández con su sello jazzístico con un danzón cha “Danzon for my father”, para luego cerrar de manera individual este derroche de talento y ritmo, nuevamente el maestro Infanzón, con su dulce “Azúcar”.
Pronto Irving regreso con su sabor jarocho y nos cantó “Rumba pa ti”, se adueñó del escenario y del público también. Oscar Hernández le hizo segunda deleitándonos con otro rítmico número, “Midnight mambo”; entonces la rumba nos arrolló.
Ya pasadas las nueve de la noche un suceso que quedará para la historia musical se dio cuando los intérpretes se unen, en solo a cuatro pianos para inundar nuestros sentidos de placer al interpretar la mítica “Cachita” del Jíbaro Rafael Hernández. Eso fue la locura, no se sabía para donde mirar, la elegancia de Infanzón, con el toque jazzístico de Hernández, la sabrosura de Irving Lara, y la divertida alegría de Ortiz, daban como resultado una comunicación fluida entre sus manos, entre sus pianos y sus corazones, provocando un éxtasis de sabor, del que todos disfrutamos.
Agradecemos infinitamente la genial idea del maestro Infanzón y el apoyo al CENART, por impulsar este género y que nos permita corroborar que México, tiene grandes talentos musicales y eventos de talla internacional. Todos quedamos complacidos y orgullosos por el resultado.
Abril 2014
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