Vallenateando con
GUATAPURÍ
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Cerca
de 1300 personas entre colombianos y mexicanos abarrotaron el pasado
domingo la Plaza de las Artes del Centro Nacional de las Artes para
deleitarse y gozar con el exquisito ritmo de Luis Eduardo Aponte
y su Grupo Guatapurí de Colombia, esto como parte del Ciclo
Ritmos Latinos que se realiza en este extraordinario recinto cultural
del sur de la Ciudad de México.
Con sabor a
cumbia y mucho vallenato, Luis Aponte arrancó en punto de
las 13:30 horas un sui géneris concierto que inicialmente
estaba programado para durar 80 minutos, pero que, derivado del
éxito obtenido, tuvo que prolongarse hasta poco más
de las 15 horas.
Con
la vestimenta original del guajiro colombiano y flanqueado elegantemente
por la banderas de México y Colombia, Luis Aponte, líder
de la agrupación, hizo sonar esa tarde el acordeón
de principio a fin, al tiempo que recordaba con gozo el pueblo natal
del vallenato, Valledupar, la ciudad colombiana donde precisamente
se localiza el Río Guatapurí que, vale decirlo, en
el dialecto chimila significa "agua fria".
Era tarde de
domingo, calurosa, por momentos nublada pero sin lluvia, de fiesta,
verbena donde francamente se antojaba una exquisita Bandeja Paisa,
esa singular mezcla de frijoles, huevo, carne, arroz, plátano,
chorizo, chicharrón y papas típica de la región
paisa.
Hubo
de todo, niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres,
alumnos y maestros, solos y acompañados. Era la tarde de
Guatapurí, la tarde del primer vallenato compuesto a México,
la tarde también de la Serenata Huasteca hecha en este género,
este ritmo que nace de las vivencias de los campesinos de la costa
norte de Colombia, el mismo que Carlos Vives comercializó
en la década pasada con la maravillosa Gota Fría que
compuso hace ya algunos años Emiliano Zuleta.
Temas como La
Piragua -de José Barros, el padre del mismísimo Alberto,
creador de Los Titanez de la Salsa-, canciones inéditas como
El Vallenato y México, o La Serenata Huasteca, La Gota Fría,
y muchas más, fueron parte de esta fiesta dominical a la
que incluso se dieron cita importantes personalidades de la embajada
sudamericana en nuestro país, así como amigos cercanos
al talentoso cantautor, arquitecto y
escultor, colegas entre los que destacó
también la presencia de Freddys, caimán del colombianísimo
Grupo Kolé.
Esta vez Guatapurí
mostró lo mucho que puede ofrecernos; su ritmo y su cadencia
pusieron de manifiesto que hay mucha tela de donde cortar. Más
allá de su origen colombiano, existe en la agrupación
un sello característico que bien podríamos definir
como autenticidad, o frescura, como ustedes lo quieran llamar. Hoy
por hoy no hay, por lo menos en México, un conjunto con estas
características y, menos aún, con ese exquisito sonido,
tan sabroso como el ajiaco bogotano o el mondongo. Enhorabuena Luis.
Junio
2003
Importante:
Se puede bajar y usar las fotos libremente
siempre cuando se cita AmericaSalsa.com
como fuente
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