Ofreció
concierto de más de dos horas de duración
RUBÉN BLADES COMBINÓ LO CELTA CON LO AFRICANO EN EL TEATRO
DE LA CIUDAD |
Por:
Ernesto Marquez
La Jornada
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Con la música
de los viejos y buenos tiempos y los adelantos de su nueva producción,
el panameño Rubén Blades se presentó en el Teatro de
la Ciudad de México dentro del 18 Festival del Centro
Histórico y, como es su costumbre, ofreció un concierto sumamente
emotivo, de más de dos horas y media de duración, pleno de ritmo
y comentarios políticos.
Con
el acompañamiento musical de la banda costarricense Editus
(que previamente hizo dos temas propios) y "un respetuoso saludo
al valiente pueblo de México", Blades abrió con La rosa de los
vientos, del álbum del mismo nombre que le diera su primer Grammy
en 1997.
La
noche empezaba bien con un público gozador que casi llenaba el remozado
recinto de Donceles, pese a los altos precios de las localidades
y al desacierto del lugar que impedía el desfogue danzario.
"Esta
será una noche de sorpresas", había anunciado Blades desde la
entrada, y la presencia de Erick River, gaitero y flautista
irlandés que colaboró en la banda sonora de la película Titánic,
alertaba sobre lo que estaba por venir: el estreno mundial de algunos
de los temas del album Mundo, el cual incluye ritmos
irlandeses, celtas y africanos, y que a la postre resultaría la
gran novedad de la noche ya que el programa en términos generales
fue el mismo que el panameño presentara en su visita pasada.
Esa
parte tempranera del concierto la inició el cantante con Have on
the chaines, tema compuesto por Erick River a partir de una idea
de Rubén, en el que, al igual que Primogenio, se funden
de manera vigorosa la tradición tonal gaélica con la rítmica africana:
melodías irlandesas estructuradas a partir de un 6/8 de congas y
batás que revelan los nuevos caminos del autor de Pedro Navajas.
Rutas sonoras que empezara a trazar en Tiempos y que
ahora continúa en este trabajo el cual, al decir de él, no fue bien
visto por Sony dado su carácter poco comercial.
"Bueno,
yo sé que mi álbum anterior no fue un fenómeno de ventas, y que
éste tampoco lo será, pero no es algo que me preocupe", había
comentado Rubén en entrevista y aseguraba: "yo no ando en busca
de ese tipo de éxito. Lo que estoy buscando, y que siempre he intentado
en mi música, es salir de las fórmulas establecidas por la industria.
Hay tanta música que tiende a sonar igual... A mi lo que me interesa
es abrir puertas y dejar entrever que existen grandes similitudes
entre nuestros ritmos y los de otros países (...) Esto que estoy
haciendo, cuando integro músicos de otras latitudes a nuestros desarrollos,
es un paso para afirmar la idea de la universalidad del ser humano".
Así,
en Bochinche, una fusión árabe-española-caribeña muy en el estilo
del grupo Radio Tarifa, del que seguramente tomó ejemplo,
Blades pone de manifiesto tales ideas, mismas que parten "del
estudio del ordenamiento de la memoria ancestral heredada genéticamente";
Pese
a que muchos esperan las rolas clásicas, éstas que presentaba el
ingenioso Blades eran recibidas con agrado. En las nuevas líricas
descubrimos las mismas preocupaciones y enfoques del compositor:
sentimintos de esperanza y fe alternadas con historias humanas y
sociopolíticas de resonancia internacional. Mundo es un tema que
habla sobre la noción de un mundo donde no existe ningún tipo de
división; Nación rica, nación pobre, resulta un pertinente comentario
social sobre las contradicciones y la arrogancia imperial y Danny
Boy, el himno irlandés, está dedicado a los bomberos y policías
de Nueva York que fueron los verdaderos héroes en la tragedia del
11 de septiembre de 2001.
Después
del "necesarisimo" trámite de dar a conocer lo nuevo, Blades
procedió a cantar esas canciones llenas de calor humano y sabiduría
que han pasado a ser parte del consciente colectivo latinoamericano,
y que esa noche todos coreamos hasta desgañitarnos mientras intentábamos
dar pasitos en el pequeño espacio que nos permitían las butacas.
Vinieron El padre Antonio y el monaguillo Andrés, Desapariciones,
Buscando guayaba, Decisiones, Pablo pueblo, Amor y control, Te
están buscando, Cuentas del alma, Ligia Elena, Plástico y
Pedro Navaja.
Pero
esa fue la finta porque hubo encore de fiesta con tres más, para
despedirse finalmente con Muévete, la clásica de Juan
Formel, que sembró de nuevo la semillita en la cabeza.
Abril,
2002
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