UNA VOZ COMO NINGUNA… LA DE GARZÓN
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Por:
Juan Carlos Gutiérrez Monroy
y Lídice Martínez Aguirre
Fotos: Miguel Ángel Vilchis |
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De
la música tradicional cubana se han escrito incontables historias.
Su riqueza formas, trascendencia, reconocimiento, identidad, han
alcanzado a tocar la sensibilidad global de esta y otras generaciones.
En
estas líneas, se inserta Armando Garzón, el llamado
Ángel negro de la voz de terciopelo, contratenor de envidiable
y educada voz. Santiagueño y paisano de Pepe Sánchez,
creador del bolero; quien se describe a sí mismo como “un
cantante de boleros, de sones, que le gusta mucho venir a México”,
país que le ha acogido plenamente, “(…) vengo
todos los años una o dos veces, cada vez que tengo la oportunidad,
que Corason me organiza la gira, venimos y trabajamos aquí,
hemos estado en muchos lugares interesantísimos”, expresa
de un país al que prefiere completo.
Garzón cuenta con una trayectoria
artística de poco más de veinte años en los
cuales ha incursionado en géneros como el jazz, danzón
y bolero; sin embargo, sus nacimiento musical fue forjado cantando
arias de ópera en el coro “El Orfeón”
de su natal Cuba.
En su primer CD bajo el sello de
Discos Corazón –Boleros- es acompañado por el
Quinteto Oriente; una agrupación tradicional de Santiago
de Cuba que nació en el seno de la trova tradicional. En
su segundo CD -Danzón- Garzón se reunió con
el grupo Los Guanches, para grabar un repertorio de boleros antiguos
al ritmo del danzón pero con la instrumentación de
la trova tradicional. Tras larga gira en Francia y Holanda, a finales
de 1999 lanzó su tercer CD -Escándalo- en el cual,
acompañado por siete extraordinarios músicos, presenta
un repertorio de música latinoamericana, desde la vieja trova
hasta la nueva canción.
LLEGO
A CUETO VOY PARA MAYARIB… DE AMARILLI AL CHAN CHÁN
¿Porqué
dejar la música clásica y renacentista, siendo poseedor
de aquella magnifica y rara voz contratenor?
“Yo
no la he dejado, inclusive es uno de los grandes amores míos”.
Tan es así que para Garzón las manifestaciones del
bolero, tienen claros rasgos de la música culta, y él
–con absoluto conocimiento de causa- ejemplifica con Amarilli,
de Giulio Caccini, compositor italiano: “desde mi punto de
vista tiene todas las características de un bolero, es una
cosa muy linda... y sí: la misma cosa del bolero pero dicha
en el siglo XVI porque considero que no hay diferencia. Es una canción
que expresa sentimientos profundos, sentimientos nobles, sentimientos
limpios. Porque yo creo que no tiene época, y Amarilli se
pudo haber escrito ahora mismo”.
Pero,
con tal legado musical, ¿porqué interpretar temas
del mexicano Álvaro Carrillo?
La
respuesta para él unívoca: “En Cuba mucha
gente da la vida asegurando que muchos boleros de Álvaro
Carrillo son cubanos. Este es un ejemplo de la enorme confluencia
que tenemos (México y Cuba) desde el punto de vista cultural,
yo diría que hasta sentimental. Entonces es muy notable que
una canción, por ejemplo, Sabor a mí, es más
conocida que muchas canciones de autores cubanos contemporáneos
a Carrillo -e incluso hasta posteriores- muchas veces tienen hasta
mucha más difusión. Las canciones empiezan a perder
nacionalidad, autoría y, curiosamente cuando pierden esas
dos cosas, empiezan a ser realmente canciones populares. Es cuando
la música popular cumple su cometido, es cuando todo mundo
tiene una parte en su alma, del espíritu, para afrontar la
vida diaria y los problemas de la vida”.
SER
O NO SER… LA CORRIDA COMERCIAL DEL BOLERO
“El
bolero que a mi me gusta no es muchas veces el bolero que se hace
por ahí. Eso muchas veces quizás conspira contra algún
truco comercial, en alguna medida, yo podría definirlo como
el bolero de autor; como por ejemplo, Álvaro Carrillo firma
cada bolero con su sangre: eso que está contando son situaciones
que le pasan a él y eso es sinceridad, yo prefiero compositores
que digan una cosa sincera”.
Sin
embargo, Garzón hace, en el Centro Histórico de Coyoacán,
sus precisiones respecto a su manifiesto desinterés:
“déjame ser cauteloso en eso, no es que no me interese
el éxito comercial, no es que no me interese el dinero, no
es que no me interese llenar el Teatro Blanquita o ganarme el Grammy,
pero como bien decía mi abuela: "no hay mal que por
bien no venga, ni bien que su mal no traiga". Yo creo que sin
necesidad de hacer terribles concesiones con Corason, de momento
me ha ido muy bien… Sin embargo, esta es una tarea paciente,
engorrosa, ardua; muchas veces casi hasta ingrata, pero que a veces
da grandes satisfacciones… Yo creo que con los boleros que
yo canto (que no son comerciales) no son temáticas de abordar
al hombre y a la mujer de una forma barata”.
ESTE
TUMBAO ECHA PA´LANTE
Actualmente
Garzón se encuentra madurando un proyecto que refleja la
riqueza de las confluencias musicales que han estado presentes a
lo largo de su vida: una mezcla de música de concierto, como
él mismo la llama. Se trata de una exploración sonora
que pretende no abandonar la trova, ni el danzón, y mucho
menos el bolero, y adicionalmente, enriquecerse de compositores
clásicos y barrocos: Bach, Caccini, Rossini: “y
entonces sería una cosa muy rara: boleros, en el inglés
de 1500 o danzones en italiano… Es una idea muy extraña,
la tengo concebida pero no digo que lo voy a hacer ahora, es una
idea que requiere sentarse, razonarla, empezar a elaborarla y es
lenta”.
Sin
embargo, este es el resultado de sumar los tres primeros trabajos
discográficos de Garzón, ya con un sello definitivo
pues cada grupo con el que ha trabajado tiene su característica
y una forma muy especial de sonar. A partir de las ideas de los
tres primeros discos comenzaron a crear al grupo, que parece ahora
sí será el definitivo pues como se ha visto “ha
habido una serie de confluencias estelares“.
Mayo
2004 |