A Wuelfo lo
ve nacer la mañana de un 23 de Septiembre de 1942, en la
hermosa Isla de Cuba. Su infancia y juventud transcurren bajo la
gran influencia de los sonidos propios del Caribe; Una de sus principales
raíces, "el Son", lo lleva a formar parte de una
de las más grandes instituciones en este género; "La
Sonora Matancera", misma que fuera cuna de grandes intérpretes
del Son. Y es aquí precisamente, cuando Wuelfo despega en
su carrera, colocando con la "Sonora Matancera"; Grandes
éxitos, como "El Alacrán" y "'Cañonazo"
entre otros, con los cuales comienza su consolidación. Pero
el destino tenía otros planes para él, y es así
como durante una gira llega a un país, del cual ni siquiera
pensó enamorarse; país que le abre sus puertas y en
el cual decide quedarse, México. Y es en México y
con su gente, con quienes Wuelfo inicia una interacción,
tanto musical como cultural; incluso toma para sí, gajos
del rico folklore mexicano; mismos que transmite a través
de sus inigualables interpretaciones, y es así como llega
a incluir en su repertorio ya como solista, a grandes autores mexicanos;
entre ellos Agustín Lara, Chava Flores, Juan Gabriel, y muchos
más. Pero la influencia que tienen las nuevas corrientes
sobre un artista, son indiscutibles, y es por eso que en una renovación
permanente de su obra musical, ahora el incansable Wuelfo nos presenta
su más reciente y muy acertada producción musical,
en la cual su sensibilidad, así como la añoranza de
quien ya se ha adelantado, le lleva a rendir un humilde homenaje
a otro gran y querido intérprete "Lucho Argaín",
fundador de "La Sonora Dinamita". Wuelfo, un grande entre
los grandes, el bien llamado último matancero. |