El director
de orquesta, percusionista, compositor y disc jockey, Willie Rosario
"Mr. Afinque", nació en Coamo, Puerto Rico, el
6 de mayo de 1930 y fue bautizado con el nombre de Fernando Luis
Rosario Marín. Desde muy joven mostró inclinaciones
artísticas y a los 6 años tomó clases de guitarra.
Sin mucho dominio del instrumento, Rosario decidió estudiar
el saxofón, sin que éste llegara a entusiasmarle grandemente.
A los16 años organizó el Conjunto Coamex en su ciudad
natal. Un año más tarde se marchó para El Barrio
en Nueva York, donde se puliría como percusionista con las
orquestas de Noro Morales, Aldemaro Romero y Johnny Seguí,
así como con Joe Quijano y Wilfredo Figueroa. Mientras tanto
estudió periodismo y relaciones públicas.
Empezó
a interesarse en los timbales tras ver a Tito Puente tocarlos en
el famoso Palladium Ball Room de Nueva York. También le gustaba
el estilo de Ubaldo Nieto, quien tocaba con Machito y quien ayudó
a moldear su estilo. Sus primeras clases de timbales las tomó
con el baterista judío Henry Adler a la edad de 22 años.
Durante esos años escuchaba al Sexteto Puerto Rico, la Orquesta
de Rafael Muñoz con su cantante José Luis Moneró,
Mingo y sus Whoopee Kids con la cantante Ruth Fernández,
y a César Concepción.
En 1959 organizó
su propia orquesta, que llegaría a convertirse en una de
las más aclamadas en el mercado latinoamericano, particularmente
en los más prestigiosos centros nocturnos. Su agrupación
se asomó a la escena neoyorquina cuando aún reinaban
las orquestas de Tito Rodríguez, Tito Puente y Machito. Su
primera gran oportunidad de empleo fue en el Club Caborrojeño
de Nueva York, donde sobrevivió durante casi tres años.
Como músico, el público pudo apreciar sus grandes
dotes en diversas presentaciones con la orquesta de Herbie Mann
y el grupo Alegre All Star. Asimismo, ejerció como disc jockey
y locutor en distintas emisoras de la ciudad de Nueva York.
Entre sus grandes
éxitos figuran "De Barrio Obrero a la Quince",
"El timbal de Carlitos", "Mi amigo el payaso",
"El revendón", "Lluvia", "Cuando
no hay cariño", "Botaron la pelota", La cuesta
de la fama" y "Poco a poco", entre otros. Además
de cultivar con éxito la llamada 'salsa gruesa', Willie Rosario
ha hecho valiosas aportaciones al género del jazz con sus
éxitos "Flip flop", "Stop and go" y "My
Favorite Thing", con arreglos de su inseparable amigo Bobby
Valentín y el pianista Artie Azenzar.
Durante sus
40 años al frente de su orquesta, ha viajado mútiples
países como Venezuela, Panamá, Colombia, México,
Curazao, Islas Vírgenes y todo Estados Unidos. Ante la falta
de taller para los músicos y salones para los bailadores,
Willie Rosario estableció junto a Bobby Valentín su
propio centro de baile Tropicana Club, donde alternaba con varias
orquestas de música latina.
Entre sus más
de 30 producciones discográficas figuran "Boogaloo and
Guaguancó", "Latin Jazz Go-Go-Go", "Fabulous
and Fantastic", "El bravo soy yo", "Too Too
Much", "El bravo de siempre", "De donde nace
el ritmo", "Willie Rosario y su ritmo", "Infinito",
"Juventud siglo veinte", "Otra vez" y "Gracias
mundo". Al cumplir 40 años de trayectoria musical grabó
el disco "Back to the Future" junto a varios ex integrantes
de su orquesta, entre ellos Gilberto Santa Rosa, Tony Vega, Papo
Lucca y Bobby Valentín.
A lo largo de
su exitosa trayectoria musical, el Maestro Rosario se ha caracterizado
siempre por mantener una posición vanguardista en lo que
a la música se refiere. Como director de orquesta se le considera
un innovador al introducir el saxo barítono a los formatos
de las orquestas de salsa en 1965, sustituyendo así el tradicional
trombón de vara. Su visión futurista le mereció
una nominación en 1987 a un Premio Grammy por su producción
"Nueva cosecha". Su orquesta ha recibido, además,
otros premios nacionales e internacionales, entre ellos, varios
Discos de Oro y Platino, el Premio Agüeybaná de Oro,
ACE, Diplo y Paoli.
En marzo de
2000 Willie Rosario fue homenajeado por el senado de Puerto Rico
por sus 40 años en la música.
Willie Rosario: cuatro décadas
de sabor y afinque
Por más de cuarenta años,
el músico Willie Rosario ha mantenido vigente una propuesta
musical salsera. (Colección Willie Rosario)
El músico Willie Rosario
es una de esas figuras del pentagrama de la salsa que han cargado
sobre sus hombros la lucha por la permanencia del género,
lidiando contra las adversidades que, en muchas ocasiones, impone
el mercado artístico.
A sus 73 años de edad, el
veterano percusionista aún mantiene viva la más arraigada
tradición del quehacer salsero, ostentando una agrupación
que por más de cuatro décadas ha cultivado un historial
musical colmado de éxitos.
Su propuesta artística,
montada sobre el patrón armónico de cuatro trompetas
y un saxofón barítono, se consolidó temprano
en los años 60, luego de haberse nutrido de múltiples
experiencias como líder de orquesta y bajo la sombra de la
agrupación de
Johnnie Seguí.
Se formó como guitarrista
Natural del pueblo de Coamo, donde
nació el 6 de mayo de 1930, en la calle Ramón Emeterio
Betances, Fernando Luis Rosario Marín, su nombre de pila,
comenzó sus pasos en la música atraído por
el sonido de la percusión.
Recuerda que al salir de la escuela,
con siete años de edad, solía entretenerse tocando
sobre unas latas de galleta en el balcón de su casa, imitando
el sonido de las orquestas de Rafael Muñoz y el Sexteto Puerto
Rico.
Su madre, asombrada por la pasión
artística del niño, no dudó en enviarlo a estudiar
guitarra, tan pronto se anunció en su pueblo la inauguración
de la primera escuela de música, en el año 1942.
Para entonces, Willie Rosario tenía
12 años de edad y aprendió a solfear y familiarizarse
con el valor de las notas musicales gracias al empeño del
profesor Juan Suárez, el único maestro de música
que había en el pueblo.
"Las
clases tenía que tomarlas fuera del salón porque cuando
se creó la escuela yo estoy graduándome de noveno
grado y estaba pasado de edad. Sin embargo, Juan Suárez me
atendía detrás de la cortina donde estudiaba Bobby
Valentín, Willie Rodríguez, Luis Manuel Rodríguez
y Carlos Luis Martínez ('Coamito')", comenta.
Recién cumplidos sus 15
años de edad, logró su primera experiencia musical
junto a un grupo de amigos de su pueblo que habían formado
el Conjunto Coamex y en el que necesitaban un bajista.
"Yo sabía un par de
tonos en la guitarra y cuando hacen el grupo no hay quien tocara
el bajo, y yo lo hice tocando los acordes de la guitarra",
asegura.
Esa experiencia, aunque efímera,
fue importante en su formación y determinante para lo que
años más tarde desarrollaría en la ciudad de
Nueva York.
Obrero, militar, artista y periodista
Willie Rosario abandona el país
junto a su familia en el año 1947, como consecuencia de la
estrechez económica de la época, situándose
en la "Gran Manzana" al igual que otros miles de puertorriqueños
para quienes la emigración representó una alternativa
para mejorar su condición de vida.
A su arribo a Estados Unidos trabajó
de obrero en el Departamento de Correos de la Joyería Cartier
–ubicada en el privilegiado sector de la Quinta Avenida de
Manhattan–; también laboró en la fábrica
de gabinetes de oficina Arts Steel Company y fue comisionista de
bodegas. Años más tarde, se enlistó en el ejército,
justo en el periodo en que se gestó la agresión contra
Corea.
Siendo militar, Willie Rosario
fue de visita en una ocasión al salón de baile El
Palledium y quedó deslumbrado al ver a Tito Puente tocando
los timbales de pie.
"Nunca lo había visto
(a Tito Puente) y me entusiasmó su estilo, por lo que decidí
que quería aprender a tocar percusión y comencé
clases con un judío que se llamaba Henry Adler y con un músico
famoso de esos años de nombre Willie Rodríguez, hermano
de Augusto Rodríguez, el fundador del coro de la Universidad
de Puerto Rico", narra.
Tras concluir sus años de
soldado, en 1952, regresó a Puerto Rico a visitar a su familia,
estadía que se prolongó por un año al ser convidado
a formar parte de la orquesta Fiesta, en calidad de baterista, sustituyendo
a Mon Rivera.
"Cuando llegué a Coamo
había varios muchachos del pueblo que habían hecho
un grupo. Estaba 'Coamito', Waldo Seda y Luis Guillermo Ortiz, y
con ellos estuve un año y también hice algunas cosas
con tríos y conjuntos de poco reconocimiento y sin nombre",
dice el músico, quien retornó a Nueva York en 1953
para cumplir unos compromisos con la orquesta Fiesta y decidió
no regresar a Puerto Rico.
Ese mismo año conoció
a Johnnie Seguí, quien le ofreció trabajo en su orquesta,
que para entonces había establecido una pauta en la sonoridad
latina, al armonizar su grupo con el sonido de cuatro trompetas
antes de que esa fórmula fuera utilizada por Tito Puente
y Tito Rodríguez.
"Ahí tuve mi escuela.
Aprendí de la disciplina de una orquesta, a ser responsable,
honesto, a manejar un grupo y a vestirme bien. Ésa fue la
base para formar mi agrupación", sostiene.
Junto a Johnnie Seguí grabó
el álbum "Cha cha chá", recordado por los
éxitos "El bodeguero", "Duerme" y "Tati",
un tema de Rafael Hernández. También hizo varios discos
de 78 y 45 rpm, en los que se destacaron las melodías "Malcriada"
y "Nicolasa".
En esos años también colaboró con el conjunto
de Joe Quijano y el grupo del pianista venezolano Aldemaro Romero,
de lo que afirma "fueron experiencias de un tiempo".
Mientras se desempeñaba
como músico, Willie Rosario decidió cursar estudios
universitarios e ingresó a la Facultad de Comunicaciones
de la Universidad de Gannon, en la ciudad de Erie, en Pennsylvania,
donde se especializó en periodismo radial. Como reportero
obtuvo su primera oportunidad laboral en la estación radial
WALO, de Nueva York, donde se inició en un programa de recetas
de cocina en compañía del conocido músico Machito
Grillo y su hermana Graciela.
Esa experiencia le permitió, además, conocer a los
más distinguidos músicos de la época y establecer
con solidez su nombre en las listas de las figuras más destacadas
del mundo musical latinoestadounidense.
Marcando el ritmo
Willie Rosario elaboró su
propio estilo salsero, con el que se ha mantenido por más
de cuarenta años. (Colección Willie Rosario)
El trabajo musical de Willie Rosario es fiel a la tradición
de las orquestas bailables.
Confiesa que Tito Puente le recomendó
que siempre procurara que su nombre y su foto encabezaran la carátula
de sus discos porque, según recuerda las palabras del "Rey
del Timbal", "no es que uno sea egoísta ni mala
gente, pero pon sólo tu nombre en la carátula porque
tú siempre vas a estar ahí y cuando pones el nombre
de un cantante ellos se levantan un poco y se creen que son la orquesta".
A finales de los años cincuenta
fungió como timbalero designado en las orquestas de Tito
Puente y Tito Rodríguez, de quienes confiesa haber aprendido
"cómo hacer esa clase de música, aunque luego
nuestra generación elaboró su propio sonido y estilo".
El artista asegura que nunca le
interesó destacarse como solista en su propia orquesta, más
se concentró en armar un sonido orquestal en la que los músicos
lograran un desempeño honroso supeditado al patrón
armónico de la pieza.
Uno de los momentos más
duros de su carrera musical ocurre cuando lo desplazan de la dirección
de la orquesta en el Club Caborrojeño porque, señala,
en ese tiempo su mamá estaba muy enferma y necesitaba el
trabajo.
La diferencia del tiempo de entrada
de Gilberto Santa Rosa y Tony Vega a la orquesta fue de meses, igual
que sus respectivas salidas.
Los éxitos "Lluvia" y "Botaron la pelota"
no fueron considerados para incluirse en una producción discográfica,
pero la reacción del público fue tan favorable que
se decidió grabarlos.
Con la salida de Gilberto Santa
Rosa también se produjo la partida de Jimmie Morales (conga),
Tito Echevarría (bongó) y Mario Viera (coro).
Cuenta Willie Rosario que cuando
Tony Vega abandonó la orquesta Junior Rosado, que estaba
a cargo del sonido, completó la sección de coros cantando
detrás de una cortina.
Tony Vega regresó al grupo
al poco tiempo de su partida, aunque se trató de una presencia
efímera.
La orquesta de Willie Rosario fue
nominada a un premio "Grammy", en 1987, por su álbum
"Nueva Cosecha", en el que cantan Gilberto Santa Rosa
y Tony Vega, compitiendo con Mario Bauzá, Willie Colón
y Rubén Blades.
La orquesta se mantiene vigente
con la participación de los cantantes Canito Rodríguez
("El Canito de Sabana Seca"), Omar Negrón y David
Anastacio.
Arquitecto de un sonido diferente
Willie Rosario acompañado
de Silvestre Méndez (izq.) y Nelson Pinedo (der.) en el Teatro
Puerto Rico de NY en 1955. (Colección Willie Rosario)
Fue en el año 1958 cuando
el timbalero Willie Rosario se aventuró a crear su propia
agrupación, una vez que el músico Johnnie Seguí,
con quien trabajó desde 1953, decidió disolver su
grupo para regresar a Puerto Rico.
En aquel momento, armó una
banda con la mayor parte de los músicos de Seguí y
se lanzó a "tocar en la calle", dando a conocer
su proyecto en algunos de los más reconocidos salones de
baile de la época, como el Casino Broadway y el Monte Carlo.
Su mejor momento, en cambio, lo
logró como orquesta de planta en el Club Caborrojeño,
ubicado en la calle 145 y Broadway, y en la que alternó con
el grupo de Joe Valle por espacio de cuatro años.
"Cuando me dan el contrato
en el Caborrojeño me exigieron que había que tener
un cantante de mucha fama porque allí estaba Joe Valle que
era una de las voces más privilegiadas que había en
el ambiente. Yo acepté que fuera así porque lo que
quería era tener la oportunidad de estar en el club, que
era de los más visitados", asegura el artista, quien
durante el periodo que permaneció en el club acompañó
a figuras como Vitín Garay, Chivirico Dávila y Yayo
El Indio.
Este último, que hasta ese
momento figuraba sólo como una atracción especial
del local, se integró a la orquesta de Willie Rosario tras
la salida de Chivirico por diferencias con el propietario del club.
En 1962, Willie Rosario abandonó
su participación en el Caborrojeño, alegando haber
sido víctima de un "golpe de Estado".
"Al cabo de unos años
de estar en el club, Yayo El Indio se empeñó en tener
una orquesta y el dueño, como él era famoso, me sacó
y me dejó sin trabajo. Ahí me fui a la calle a meterle
el pecho de verdad al negocio y hago una (banda) nueva porque todos
los músicos que tenía se quedaron en el club, excepto
uno, el único honesto y decente: Bobby Valentín",
comenta.
De esa manera, Willie Rosario inició
una nueva etapa en su carrera armándose de una batería
de músicos encabezada por Rudi Martin (piano), Izzy Feliú
(bajo), Luis Rodríguez (conga), Bobby Valentín (trompeta),
Eddy Snell (trompeta), Tony Cofresí (trompeta) y Frankie
Figueroa (voz), y con quienes produce, en 1962, su primer disco,
"El bravo soy yo".
Para entonces, el nombre del timbalero
era reconocido en las lides musicales, no tan sólo por su
rol de líder de orquesta, sino por su participación
con el músico Herbie Mann y como miembro de la familia Alegre
All Star, con quien participó en los discos "Way Out",
"El Manicero" y "Perdido". También figuró
en el disco "Salsa máxima", junto a Cesta All Star.
En 1964, produjo el disco "Fabulous
and Fantastic", que incluyó, entre otros, los temas
"Los generales de la capital", "A Villa Palmeras"
y "Nos engañó la vida", interpretados por
Frankie Rodrí-guez, seguido por "Latin Jazz Go-Go-Go"
(1965), "Haida Huo" (1966) y "Boogaloo and Guaguancó"
(1966), en los que se destacó como vocalista Paquito De Jesús,
quien sustituyó a Frankie Rodríguez luego que éste
se marchara a Puerto Rico para formar parte de la orquesta de César
Concepción, para más tarde integrar las bandas de
Nacho Rosales y Memo Salamanca, en México.
Innovó con su propuesta
armónica
Una de las grandes aportaciones
de Willie Rosario a la salsa fue la elaboración de una propuesta
armónica novel, que a poco fue sellando su identidad sonora
matizada por la combinación de cuatro trompetas y saxofón
barítono, un experimento hasta entonces no explorado.
"Traté ser lo más
original posible, con un estilo que nos distinguiera, por lo que
pensé en añadir un violín, un clarinete y hasta
un trombón, pero un día visite un salón de
jazz en Nueva York, el Blue Note, y estaba tocando Jerry Moligan,
que era un virtuoso del barítono, e hizo unos pasajes del
piano, el bajo y el barítono en un tema de bossa nova que
cuando lo oí supe que era lo que quería", comenta
el veterano percusio-nista.
Desde entonces, la orquesta se
distinguió por el uso del saxofón barítono
en combinación con la armonía de cuatro trompetas
provocando un sonido diferente y profundizando la esencia rítmica
del grupo, concepto que se consignó en la producción
del álbum "Too Too Much" (1967), en el que, además,
reaparece la participación de Frankie Figueroa en la parte
vocal, junto a Pete Bonet y Willie Torres.
El trabajo artístico de
Willie Rosario prosiguió con la producción "El
bravo de siempre" (1968), un trabajo que marcó una huella
en la salsa con el éxito "La cuesta de la fama",
en voz de Meñique Baltasnegras. Este álbum también
incluyó "La esencia del guaguancó", "La
realidad" y "Superman", entre otros.
En el año 1970, Willie Rosario
reclutó al cantante Chamaco Rivera, quien es recordado por
el éxito "De Barrio Obrero a la Quince", incluido
en el álbum "De donde nace el ritmo" (1970), seguido
por "Más ritmo" (1972), ambos con arreglos de Louis
Ramírez y José Luis Cruz.
Estas producciones marcan la frontera
para la transición del proyecto musical de Willie Rosario,
quien a partir de ese momento optó por continuar su propuesta
desde Puerto Rico, dejando atrás el mundo neoyorquino en
el que se curtió.
Los años dorados de "Mr.
Afinque"
Tras varias décadas vinculado
al mundo musical latino de Estados Unidos, el timbalero Willie Rosario
optó por radicarse en Puerto Rico, convirtiéndose
en una de las figuras salseras más productivas y solicitadas
de la década del 70 y 80.
Su opción de mudarse a la
Isla, asegura, estuvo motivada por una combinación de factores
familiares e intereses comerciales.
"Yo no quería que mis
hijos se criaran en Nueva York, no me gustaba ese ambiente para
ellos y prefería que crecieran aquí. Además,
cada vez que me encontraba con la Sonora Ponceña y El Gran
Combo me contaban que mi música se escuchaba mucho en Puerto
Rico y que había mucho trabajo, entre fiestas patronales
y graduaciones", sostiene.
De esa manera, el músico
se instaló en su patria acompañado de su orquesta,
y al cabo de unas semanas regresó a la "Gran Manzana"
para cumplir con varios compromisos, momento en que su cantante,
Chamaco Rivera, le indicó su interés de no regresar
a la Isla, siendo reemplazado por Junior Toledo.
"Junior era el cantante nacido
para la orquesta y es cuando nos levantamos bien y la cosa se puso
fuerte", acota.
El primer trabajo de esta nueva
era de la orquesta fue "Infinito" (1973), al que le siguió
"Otra vez" (1975), consagrados por los éxitos "Juventud
siglo 20" y "Casualidades", respectivamente.
A partir de ese momento, el veterano
percusionista destacó en sus producciones discográficas
a más de un cantante, incorporando la participación
de Bobby Concepción y Guillo Rivera, con quienes produce
"Gracias mundo" (1977).
Empero, las siguientes producciones
de la orquesta, "From the Depth of my Brain" (1978) y
"El rey del ritmo" (1979), no contaron con la participación
de Concepción.
Diferencias entre Willie Rosario
y Junior Toledo, que el líder de orquesta atribuye a problemas
de disciplina, desembocaron en la salida del cantante, quien, dice
Rosario, alentó la renuncia del grupo de su contraparte Guillo
Rivera para desencajar lo que había sido hasta el momento
una fórmula ganadora.
Justo en ese momento se incorporó
en el grupo al joven cantante Tony Vega, que hasta entonces había
participado en la orquesta de Raphy Leavitt y La Selecta.
"Junior (Toledo) y Guillo
(Rivera) se van un jueves del grupo y al otro día estábamos
tocando en Canóvanas. Llamé a Tony Vega y también
me comuniqué con Bobby Concepción y Chamaco Rivera,
que en esos días estaba en Puerto Rico, y así nos
estuvimos defendiendo un par de semanas, hasta que le hablé
a (Gilberto) Santa Rosa", cuenta el líder de la banda.
El primer álbum al mando
de Tony Vega fue "El de a 20 de Willie" (1980), en el
que también grabó Bobby Concepción y que logró
éxito con el tema "Mi amigo el payaso". Luego,
en 1981, la orquesta despuntó con el binomio Tony Vega y
Gilberto Santa Rosa, en una periodo de cinco años colmado
de fama y que se consignó en las producciones "The Portrait
of a Salsa Man", "Atízame el fogón",
"The Salsa Machine" –el último en el que
participó Bobby Concepción–, "Nuevos Horizontes",
"Afincando" y "Nueva cosecha", en el que se
une como vocalista Pupy Cantor.
Esa fue la época gloriosa
de "Botaron la pelota", "Lluvia", "Busca
el ritmo", "Negrita linda" y "El antifaz",
entre más de una decena de consabidos éxitos.
A partir de 1987, la salida de
Tony Vega y Gilberto Santa Rosa maró un derrotero nuevo para
la banda del también conocido "Mr. Afinque", quien
mantuvo su proyecto musical con la participación de Pupy
Cantor y Josué Rosado, para más adelante integrar
a Primi Cruz (responsable del éxito de "Anuncio clasificado"),
Bernie Pérez, Henry Santiago, Rico Walker y Ángel
Luis Vergara. |