“El color es la tecla, el ojo el mancillo, y el
Alma es el piano con sus cuerdas.
El artista es la mano que produce vibraciones
adecuadas en el alma humana,
mediante una y otra tecla”
Vasily Kandinsky
(programa de mano)
Cuando se produce la tragedia de Cromagnon, es una tragedia porque un estúpido tira una bengala contra el techo, deja un vacío de locales que deben ajustarse a las nuevas normas de seguridad, puertas, cantidad de público, seguridad y otros detalles, la música en vivo desaparece prácticamente y a renglón seguido surgen como hongos distintas propuestas todas iguales entre si: evolución matemática del baile. Explico: Los profesores toman la posta como únicos capaces de arriar gente para sus propuestas que consisten nada más que poner su interés —su negocio-- primero que es el baile, y la música después porque era común que no hubieran superado la etapa de la Sonora Carruseles ergo sordos por naturaleza.
El efecto multiplicador consistía en invitar “setecientos veintisiete mil” ballets compuestos de cuatro a seis personas o más que a su vez convocaban a padres, novios, amigos, vecinos, gente con la que hablaban circunstancialmente en el colectivo a las que aleccionaban: “yo bailo salsa”… . vení a verme”; así fue como se escribió la historia y se fue deformando a medida que el baile se cuadriculaba en pases de manos y cuentas interminables, eso si,… sin música.
Este relato que no es ficción ha dejado casi de existir, resiste por ahí, pero ya no pasa del consabido anuncio “nueva coreo”, aunque el efecto multiplicador sigue siendo el motor.
En simultaneo había gente que trabajaba, estudiaba, escuchaba música, profundizaba en las raíces del baile , que no eran el centro de la cosa pero que a la larga tenían que tener su premio por la constancia, es el caso de Gaby Fabro que presentó un original trabajo de su Proyecto Mestizo, al que si le cabe lo de “nueva coreo” y es porque hay un trabajo temático y creativo que rotulado en episodios que dividen perfectamente los cuadros en dos partes, se puede seguir una secuencia interactiva, aclaro interactiva, no reiterativa, de fotos fijas que parece que cobraran movimiento como en Naturaleza Viva, Desamor, Mariposa, Angustia y Calma donde la música juega su parte esencial por su evolución coreográfica que la emparenta directamente a movimientos de danza moderna.
Mi poca preparación para interpretar técnicamente lo visto en esta primera parte hace que este comentario sea meramente descriptivo y uno de esos momentos que me iluminan me llevan a varios años atrás y una exposición de Henry Cartier Bresson el gran fotógrafo francés en una muestra en blanco y negro: eso es lo que vi, un negro trabajado y un blanco casi virado que cobra vida en las figuras que despliegan las bailarinas, que se prolonga en ellas, es como si de pronto Laura Bitto, Yamila Monzón, Marina Pambukdjian o Fernanda Pacuti formaran parte de esa figura fija.
Un cuadro de bellísima resolución Sueña… Rumbera, Leila Videla rompe la ortodoxia de lo que está bailando para darle otro vuelo, baila la música o sea --si mal no recuerdo el tema es de Gloria Estefan-- no queda reducido a lo que se acostumbra ver (el que baila arriba lo hace igual que el de abajo nada más que con distinto ropaje). ¿Se puede decir que siempre se baila la música? no estoy seguro, por el mal trato del baile a veces termina siendo más interesante escuchar la música, no es este el caso.
Las fotos son de la jovencita Johanna D’Aquino, a la sazón hija de Gaby, debería agregar talentosa hija. No supe bien que preguntarle cuando me la presentaron, tampoco había espacio pero a veces suele ser perturbador para el que crea que aparezca un tipo…¿y porqué tal cosa?; no quiero extenderme sobre esta parte porque en este caso especifico hay que ver y no es una perogrullada, la fotografía expresiva es difícil de describir y si dije más arriba interactiva y no reiterativa es porque una buena idea que se reitera deja de ser buena y acá lo que sucede es que la buena idea se enriquece con distintas figuras que la foto convoca.
El otro acierto es la música en vivo con el grupo Bayakan, el inspirador es el cubano Nelson un veterano en esto de armar grupos para darle a la rumba, ya lo hacía con Alberto Bonne en los domingos de la rumba y el primer Iyamba. Ahora sigue en la misma sin claudicar. Las participaciones son oportunas y muy bien pensadas como una especie de intervalo musical …¡¡¡que intervalo!!!.
El cuadro que ilustra el tema de Silvio Rodriguez que baila Laura Bitto es una verdadera sorpresa porque uno se puede imaginar un Que te pedí o Puro teatro por la Lupe pero es más difícil imaginar el texto de Silvio por su contenido, sin embargo es muy logrado el tempo dramático.
El resumen es que por suerte este tipo de manifestación cultural goza no solamente de prestigio, que es importante, también de convocatoria. Por otra parte no decae la calidad artística entre esta muestra y otras que presencié de Gaby Fabro ahora acompañada en la producción por Johanna D’Aquino, toda una promesa. Está más que claro que la investigación de las raíces afro no es para cualquier improvisado aunque ya comienzan a surgir manifestaciones maniqueas de movimientos de la rumba. Salud y gloria para la Madre África .-
Marzo 2010 |